Hoy en día existen herramientas gratuitas para prácticamente todo o en el peor de los casos, los costos son muy accesibles pero ¿qué tiene de malo un servicio automatizado de mastering?. Técnicamente nada, el sonido cumple con los requerimientos de la industria, pero... ¿estéticamente?
Quizás la respuesta más obvia es el hecho de que el propio usuario es quien determina si es estéticamente correcto o no por lo que sí, siempre será preciso.
El problema es que, por definición, el verdadero objetivo del mastering es que alguien más revise la grabación y le dé el último tratamiento para preparar el sonido para que entregue su mejor desempeño en todos los sistemas de reproducción comercial, desde bocinas de celular hasta sistemas de high-end.
Pero quizás ese sea el principio de la confusión, tal vez la persona que busca estos servicios automatizados tiene otra idea de lo que es el mastering, pues la mayoría piensa que se trata de subir el volumen general aplicando compresión y ecualización y hacerlo "más estéreo". Visto así, tampoco necesitas un servicio de este tipo ya que puedes hacerlo tú mismo, aquí te digo cómo.