Continuamos con nuestra búsqueda de un sonido más grande y profesional, en esta emisión trataremos el segundo componente: Micrófonos y acústica.
Todos los instrumentos acústicos, incluyendo las voces necesitan ser capturados por micrófonos, aunque pueden existir algunos procesadores entre el micrófono y el medio de grabación, es esencialmente el micrófono lo que hace la diferencia.
Existen diferentes tipos de micrófonos: dinámicos, de condensador, de listón, cardioides, etc. Cada uno con diferentes características y que funcionan mejor en unos instrumentos que en otros. A esto se suman las diferentes técnicas de microfoneo, que se basan en su colocación con respecto del instrumento: el ángulo, la distancia y las posibles combinaciones de modelos y tipos de micrófonos.
Estas técnicas dependen mucho tanto del instrumento y el músico como del entorno acústico pues aunque se trate de digamos, un violín, no podemos usar la misma técnica si estamos en un espacio grande con rebote directo que uno con rebote difuminado o bien, en un espacio chico lleno de absorbentes.
Además de usar muy buenas técnicas, también se necesitan micrófonos de muy buena calidad, y quiero decir, de muy buena calidad, Por muy bueno que sea un instrumento, usar un micrófono barato dará al traste con el sonido. Y no importa lo que la mercadotecnia diga, salvo honrosas excepciones como el SM 57 de Shure, prácticamente no existen micrófonos profesionales que valgan menos de 1,000 dólares.
Aquí es donde entran en juego los estudios de grabación, y no hablo de estudios caseros pues necesitas un cuarto acústico diseñado profesionalmente, convertidores e interfaces de primera y obviamente micrófonos, marcas como Neumann, Lauten, DPA y las series premium de Beyerdynamic, AKG o Shure así como tener los diferentes tipos que ya mencionamos. Esto sumado a personal bien capacitado hacen que un estudio de alta calidad no sea barato, pero si buscas tener un sonido grande y tu banda usa instrumentos acústicos, debes tener una buena parte de tu presupuesto asignado a esto.
La mejor manera de hacer rendir este presupuesto en el estudio de grabación es traer muy bien ensayada tu parte, recuerda que nada es más efectivo para acabar con tu presupuesto que el tiempo de estudio cuando no traes bien preparado lo que vas a grabar o tardas mucho en poner a punto tu equipo; aquí es donde un productor puede resultar muy efectivo porque conoce el sonido que te gusta y puede transmitirlo fácilmente al ingeniero de grabación, por ejemplo si hay preamps, compresores o channel strips disponibles, el productor e ingeniero juntos, podrán configurarlos en minutos, en cambio, en mi experiencia, he visto cómo tardan hasta horas cuando se tratan de entender el músico y el ingeniero. Yo sé que esto te suena a más gastos pero créeme que vale la pena y sobretodo, el resultado de hacerlo en estudios caseros o de no recurrir a un productor es mucho más caro que la inversión de la que te hablo.
Aunque en el tema de hoy solo hablamos de micrófonos y acústica, te dejo los primeros tips de como elegir el estudio de grabación.
Tu primera búsqueda debe ser por su sonido, debes consultar primero sus demos de audio y compararlos con grabaciones de artistas conocidos para que puedas establecer qué tan lejos o cerca están de un sonido profesional. Evita elegirlo por cómo se ve, ten en cuenta que muchos estudios tienen a la vista equipo que solamente tienen como escenografía y jamás utilizan, especialmente las consolas. También existen estudios que montan músicos conocidos y tienen muy buen equipo que sí usan pero sin conocimiento real de audio, los puedes identificar cuando mencionan su equipo una y otra vez durante la labor de venta.
Por supuesto que las opciones que estés considerando deben contar con micrófonos de gama alta como los que mencionamos al principio de esta intervención. Seguir la guía de marcas o al menos consultar en línea sobre algún micrófono que tengan los estudios de grabación es muy importante ya que encontrar la diferencia entre uno premium y uno común a puro oído es complicado, es una habilidad que se gana con el tiempo, especialmente cuando se trabaja regularmente con un sonido profesional.
Para terminar eon este punto, si tienes una batería premium o una muy buena guitarra con un buen amplificador y el presupuesto para grabar en un estudio profesional, no lo dudes, hazlo, y recuerda que todo lo que mejores en el momento del tracking te lo ahorrarás de tiempo y dinero en la mezcla.
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