En la música independiente, prácticamente todos nos hemos topado con alguien que nos dijo: "te están cobrando mucho por ese trabajo, yo lo puedo hacer más barato y mejor". y el más osado hasta te lo ofrece gratis.
Esta es una de las cosas que más perjudican a los artistas y sin importar el país o género musical, estos personajes están a la vuelta de la esquina y están decididos a quedarse con tu dinero.
Cómo identificarlos:
Se van a acercar a ti cuando te esté yendo bien con alguna producción, una gira o si ve que estás haciendo una inversión importante en algún proyecto.
Son muy aduladores y justificarán todo lo que tú hagas o digas en aras de ganar tu confianza.
Te van a señalar todos los defectos que tiene tu actual proveedor aun cuando no existan o no sean parte del trato que tienes con él.
Van a buscar estar a solas para decírtelo o al menos cuando el proveedor al que quieren quitar no esté presente.
Te dirán que ellos lo pueden hacer mejor, que hay métodos más eficientes pero sobretodo, que lo harán por la mitad de precio… o menos.
Si después de esto aún no has caído, las críticas a tu proveedor pasarán de lo profesional a lo personal, estos personajes jamás se detendrán.
Cuando por fin hayas caído verás que el producto final no tiene la calidad que esperabas o no tiene el impacto acostumbrado, es un producto a medias o en el peor de los casos, ni siquiera hay un producto final y al voltear hacia atrás te darás cuenta que pagaste más a este nuevo proveedor de lo que le estabas pagando al original.
Estas personas pueden salir del propio reclutamiento del proveedor, en otros casos son contratados como parte del proceso y en muchas ocasiones ellos a su vez reclutan a terceros, quienes harán la labor de convencerte.
Si quieres ejemplos de este tipo de personas, películas como Parásitos los representan perfectamente con la familia protagonista, los Ki que a base de manipulación le quitan el trabajo a personas que llevaban años con el cliente, o más cercano a nuestro mundo musical, Paul Prenter en Bohemian Rapsody, quien aparenta aportar valor a la banda cuando solamente vive a expensas del trabajo de Freddy Mercury.
Contrata únicamente personas de las que puedas conocer su trabajo anterior, discos, videos, conciertos, etc.
Que tengan resultados comprobables: producciones terminadas, ventas, posicionamiento de artistas, reproducciones en plataformas de streaming o conciertos llenos. Si es posible, habla con sus clientes anteriores.
Evita contratar a alguien porque tiene equipo muy vistoso o instalaciones que impresionan, tener las cosas no significa saberlas usar.
No cambies de proveedor a la mitad del camino, a menos claro que éste no cumpla con su parte del trato. Si tú lo elegiste fue porque te tomaste el tiempo para considerarlo desde el principio, confía en tu decisión.
No te dejes llevar por lo fácil, recuerda que una producción musical lleva mucho trabajo y tiene complicaciones, días bueno y días malos, aciertos y errores. Si alguien te ofrece un proceso donde todo es fácil de hacer y es felicidad pura, seguro te está mintiendo.
Haz contratos por escrito, esto le da una garantía al proveedor de que hay seriedad y a ti te protege en caso de alguna disputa legal.
Ten en cuenta que un proveedor serio jamás hablará mal de otro, el que alguien lo haga para vender sus servicios debería ser suficiente para dudar de él.
Jamás contrates a alguien por barato, nunca sale bien y, como lo mencionamos en la cápsula anterior, menos en un medio donde tu competencia son miles de artistas que además de tener un nombre arraigado en el público, presentan productos de muy alta calidad.
Por último: La competencia entre proveedores de productos y servicios es algo natural en cualquier negocio y en la mayoría de los casos es muy positiva pues mantiene los precios en control y obliga a siempre tener buena calidad, pero en como todo siempre hay un lado obscuro, la dificultad es identificar a quien solamente quiere tu dinero.
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